Descubre 'Shamba-La': Un Paraíso entre montañas y el páramo
Edwin Navas Rodríguez, un verdadero enamorado de la naturaleza y las raíces campesinas, se alza como un defensor apasionado del paisaje y la conservación en el rincón idílico que es el municipio de Silos, en el corazón de Norte de Santander. Sus lecciones de vida fueron impartidas por sus entrañables abuelos y sus sabios maestros, quienes inculcaron en él un profundo respeto por la naturaleza desde pequeño.
La crónica de su viaje hacia la creación de ‘Alojamientos Rurales ‘Shamba-La’’ es un relato fascinante que comienza en la serena vereda de La Aradita, en Mutiscua, pero se extiende más allá, hasta alcanzar los confines del propio Silos. La singularidad de este proyecto reside en su compromiso de brindar experiencias ecológicas inolvidables a aquellos que buscan una escapada de calidad en plena armonía con la madre naturaleza.
Cuando Edwin Navas habla sobre ‘Shamba-La’, su voz resuena con pasión y determinación: “Nuestro emprendimiento consiste en dar experiencia a aquellas personas que desean conocer páramo de Santurbán y las montañas de Mutiscua, ofrecemos diferentes tipos de alojamiento, casas rurales para familia y cabañas tipo glamping tipo ecolodge para parejas, lo que ofrecemos más que nada es la tranquilidad y el descanso que brinda el lugar, la posibilidad de desconectarse de la ciudad, una muy buena alimentación y muy buenas cobijas para que nos sientan frío en el páramo”
Este apasionado defensor de la biodiversidad es el resultado de una historia tejida en la tierra misma. «Soy un hijo de Silos, de una familia campesina», confiesa con una sonrisa. » desde niño tuve un contacto con la naturaleza fuerte, entonces ya cuando llegó el momento de estar acá en el territorio y de ver la majestuosidad del paisaje y de ver el lugar y de ver los pájaros fue acción reacción, lo próximo era convertir eso en una reserva y la familia aceptó y apoyó esa locura porque se dieron cuenta que era bonito tener un lugar al cual llegar y recoger una mazorca, recoger una matica de apio si necesidad de ir a comprarla a la tienda y sabiendo que no se le echa ningún químico”.
Para Edwin, este proceso no solo lo ha ayudado a él y su familia, el impacto ha sido tanto que hasta los otros habitantes de la vereda han podido beneficiar del impacto turístico: “el turismo apoya las economías familiares, otra cuestión es que muchas de las personas que viven en la vereda brindan un servicio a los visitantes, entonces algunos tienen su caballito y brindan el paseo a cabello otros hacen al s veces de guianza, el señor que tiene la alguna entonces ya cobra una entradita por visitar la alguna y con eso ya va protegiendo y cuidando el entorno, entonces se va generando esa cadena y ese ha sido el mayor logro”, narra con orgullo.
La transformación de ‘Shamba-La’ en un negocio verde no fue un sendero fácil, pero la determinación de Edwin y su familia permaneció inquebrantable. “El proceso de negocios verdes, nos postulamos hace cuatro o cinco años, pero hasta este año logramos el aval, tenemos una calificación de 60 puntos, estamos por encima y ha sido un proceso más que nada de aprendizaje y de saber qué es lo que pide el proceso, porque el enfoque ha estado en eso a construir una reserva, a empezar a preservar el bosque, a brindar un servicio sostenible o eco amigable entonces hemos estado conectado esas cosas con ayuda de BioCuenca y miPáramo que nos han estado apoyando en ese proceso y al idea de negocios verdes es posicionarnos y mejorar al darnos un valor agregado, en este 2023 y ya estar en ese nivel de poder hablar de ‘Shamba-La’ como un negocio verde”
La influencia de ‘Shamba-La’ en el territorio va más allá del turismo y los alojamientos. Edwin comparte con orgullo: «En 2016, comenzamos a trabajar con el programa miPáramo, con el objetivo de cuidar la flora y la fauna de la región. Decidimos, de manera voluntaria, destinar 0.39 hectáreas de bosque nativo a la conservación, 0.02 hectáreas a la restauración y 82.27 metros cuadrados al aislamiento de estas zonas para proteger a los animales. También nos unimos a un proyecto llamado ‘Bosque de la Esperanza’, que se combina con ‘Jardines de la Esperanza’. En estos proyectos, los familiares de personas fallecidas siembran un árbol en nuestro predio en memoria de sus seres queridos, lo que contribuye a la conservación. Para mí, estas actividades son una forma de devolver a la naturaleza y al mundo todo lo que nos ha brindado a mi familia y a mí.»
La historia de Edwin Navas Rodríguez y ‘Shamba-La’ es un testimonio vivo de cómo la pasión por la naturaleza, la comunidad y la sostenibilidad puede florecer en un exitoso emprendimiento que impacta positivamente en el territorio y en el corazón de quienes lo visitan. Es un poema a la belleza de la tierra y a la determinación de quienes luchan por preservarla reafirmando que esta puede ser la inversión de la vida.